Periodismo deportivo post pandemia y sus perspectivas

Daniel Chapela, reconocido periodista venezolano radicado en Estados Unidos, analizar el rol que jugará el periodismo deportivo post pandemia.

Daniel Chapela es uno de los periodistas deportivos con mayor recorrido de Venezuela. Radicado hace un lustro en los Estados Unidos y miembro reconocido programa radial Fútbol de Primera, posee la autoridad suficiente como para analizar el rol que jugará el periodismo deportivo post pandemia.

A juicio de Chapela, estamos ante un escenario nunca antes visto en términos de la vorágine que consume el día a día “normal” de esta área de la Industria del Deporte. Por ello, en el marco de la campaña #noestassolo, conversamos con este especialista.

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– ¿Cuál es el primer análisis que realiza sobre este momento de crisis y el rol del periodismo deportivo en la misma?

Empecé a ver que producto de la crisis y el hecho de que no haya competición, los medios buscaron alternativas de contenido para satisfacer a la audiencia y sostener las estructuras de trabajo.

La tendencia es, ante todo, ubicar a los protagonistas en medio de la pandemia; llevar los testimonios de los deportistas hacia el público general para ver cómo lo están viviendo; ver desde qué pasa con los jugadores que están padeciendo la enfermedad, hasta otros que viven el confinamiento en otras partes del mundo y que sus testimonios.

Ha sido importante la forma en la que describen sus propias situaciones, porque sirven también para pintar el panorama y también para enviar mensajes de concientización.

– ¿Le sorprende este periodismo deportivo post pandemia?

En parte. Porque siento que hubo un reencuentro o un retomar géneros que se usan cada vez menos. Porque cada vez el espacio radial, de TV, cibernético o escrito, acaba siendo más dirigido al día a día y no a tener el testimonio del deportista, a no ser que se trate de una rueda de prensa o una zona mixta.  La pandemia nos puso a todos al mismo nivel, entre otras cosas, gracias a que el encierro lo compartimos todos.

– Y el atleta, que al final de cuentas es el protagonista, está siendo más accesible que nunca para medios que antes no podían acceder a ellos…

Efectivamente tenían un rol inalcanzable. Cada vez su información proviene más de los medios oficiales, o bien a partir de sus contenidos. Y eso, contrario a lo que se puede pensar, te aleja más que acercarte.

Entonces este es un fenómeno gracias al cual hemos podido acceder más a ellos. Porque, insisto, están en la misma situación que nosotros. Pareciera que eso los ha aterrizado –si se entiende el término– y como consecuencia, los medios están llenos de ese tipo de contenido.

A mi me parece que en definitiva, la audiencia está viéndose beneficiada de eso. Pudiendo conocer, saber, entender más al protagonista e incluso del propio deporte que practican a partir de esa cercanía. 

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– ¿Ve entonces un cambio de paradigma en la Industria?

No lo sé. Mi pregunta siempre es qué va a pasar a partir del fin de la pandemia.

Me parece que hay una expectativa romántica de que el mundo, el planeta y el ser humano van a cambiar después de esto. Me gustaría creer que sí. Que haremos mejor política; mejor economía; que la gente será más solidaria y nos relacionaremos de otro modo; o que la sociedad será menos egoísta.

Y en cuanto al periodismo, también me gustaría creer que podemos tener un periodismo mucho más consciente de su labor, de su real objetivo y no tan apegado a lo que marca la industria del espectáculo, que creo que es lo que todos terminamos haciendo. 

Pero no sé si eso será así.

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– Suena un poco excéptico con el Periodismo deportivo post pandemia

El deporte se ha humanizado y el periodismo también. No sé si es una ilusión, si son días especiales que debemos atesorar porque no van a volver, o si en definitiva puede que se abra una compuerta de reflexión y reformulemos cosas.

Me parece que puede ser así. Yo mismo participo de un programa de radio y nosotros trabajamos en el día a día, armamos el programa en función de audios y testimonios que se arman en ese ritmo frenético.

Hoy, en ausencia de eso, tenemos un personaje cada día para entrevistar y el programa a partir de la pandemia ha sido riquísimo. Creo que hemos hecho los mejores programas en cinco años en este periodo de crisis. Aquello parece inaudito.

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– ¿Es posible adaptar ese concepto de nuevo y buen periodismo durante la crisis del cual habla, a contextos más humildes como el latinoamericano?

La esencia de esto es la misma. No depende de la tecnología. Esta nos acerca o nos aleja depende de cómo la usemos.

He visto contenidos extraordinarios en medio de la crisis y muchos de ellos vienen de medios latinoamericanos: argentinos, uruguayos, peruanos. Todos estamos en la misma línea, buscando tapar ese vacío informativo que a todos nos ha dejado esa falta de actividad.

– ¿Y le gusta ese periodismo deportivo que ha visto durante la crisis? ¿Lo ha sorprendido?

Me parece que esta crisis permite hacer ese tipo de periodismo del cual hablo, o al menos, está acelerando un proceso que me parece que debíamos haber vivido. Y ese es el periodismo bajo el nuevo paradigma comunicacional que nos imponen los medios digitales.

Periodismo deportivo post pandemia: una perspectiva agridulce

– En esta etapa también hemos sido testigos de un boom de los contenidos individuales de muchos periodistas a través de canales digitales: ¿Qué le parece esa práctica? ¿Cree que allí está el futuro del oficio?

Yo consumo ese tipo de contenidos alternativos desde mucho antes de la crisis. Y había visto buenas iniciativas en redes sociales, podcasts o youtube. Me imagino que a quienes lo produce no le genera beneficios, pero eran de buena calidad.

Ahora bien, todo el que está haciendo contenidos individuales en sus redes personales, a mi juicio, debe conservar los mismos valores periodísticos que deben mostrar en sus respectivas los medios “oficiales” que los hacen conocidos.

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– ¿Puede desarrollar más ese punto?

Todo el que está delante de un canal digital, tiene una responsabilidad exactamente igual que la que se cumple frente a un medio que te paga un sueldo.

Por ejemplo: si tienes una cuenta de twitter, debes ser responsable periodísticamente. Y muchas veces, creo que erróneamente banalizamos lo que implica de participar de ese tipo de medios con el criterio de “es mi cuenta personal y hago allí lo que quiera”.

Si eres periodista, la gente te sigue por tu rol en un medio. Si fueras anónimo, no te siguen. Con lo cual debes preservar la profesionalidad que tu oficio te demanda

– Habla usted de una responsabilidad no menor…

Partiendo de esa base, nos convertimos en gestores de medios de comunicación.

Tenemos un medio a nuestro alcance, comunicamos a través de él, elegimos qué contenidos colocar, y está en quienes los generan, que estos se sostengan sobre bases sólidas periodísticas

Disiento de aquel que hace un canal de youtube para hacer nuevos contenidos –periodistas conocidos por su trabajo en los medios– y allí dicen las groserías que no dicen en el programa de radio o en el canal de TV porque allí no se les permite.

Pensar que ese es el nuevo medio, es estar totalmente errado. La informalidad no se mide en malas palabras, eso es para otro contexto.

– Esos mismos medios digitales llaman a la inmediatez y son los que condenan ese trabajo más de análisis

He leído hilos en twitter que llenaban el vacío que no te daban otros medios. Y hablo de antes de la crisis.

Podrías encontrar en un hilo de twitter un reportaje en 16 tuits que no encontrabas en la prensa formal. Por cualquier razón. Hoy también eso nos iguala. No tenemos la inmediatez, pero tenemos allí el espacio para hacer el trabajo reflexivo

Creo que estamos frente a una oportunidad inigualable de explorar nuevos medios y de explotarlos en beneficio de la gente. En definitiva, esa es la misión.

Pero insisto, si haces eso para divertirte, hazlo como anónimo. Quizás soy radical en ese sentido. Pero si soy Daniel Chapela y por lo hecho hay gente que me sigue, no puedo dejar de desempeñar ese rol socialmente. Uno no puede desmarcarse de esa condición

– Pero coincidamos que hay muchos medios digitales que le disparan a las pautas que contemplan esos géneros periodísticos, por “aburridas”, por “no dar clicks” o “no interesarle a nadie”.

Vale, pero fíjate que los medios que sostienen eso, han tenido que recurrir a lo “aburrido” para sostenerse. Todo puede ser entretenido o aburrido en función de quién elabora la información.

Sí, hay un prejuicio: lo exageradamente reflexivo no llega al público. Pero la ganancia de la pandemia es que hoy hay pruebas de que no es así.

Para las empresas periodísticas está el camino fácil, que sabe qué es lo que tiene impacto inmediato. Si pones la foto de un personaje público sin ropa, seguro genera muchos clicks. Después hay que plantearse si eso es ético o no.

Con lo que hacemos es igual: podemos inflar globos para hacer clicks. A lo mejor haces buen negocio, pero no buen periodismo.

Ojalá, me gustaría creer que esto que nos pasa podría cambiar los contenidos que generamos. Lamentablemente yo soy incrédulo y pienso que el mundo y el periodismo deportivo post pandemia será el que conocíamos

También puedes leer la columna de Daniel Chapela en Fútbol de Primera, aquí.